EL DIA DE LOS INOCENTES

Ya se que llevo unos cuantos días de retraso, y que el 28 de diciembre ya no es noticia, porque ahora lo que es noticia es la nevada que nos ha dejado congelados, o qué es lo nos trajeron los reyes hace una semana, pero en fin... esto lo tenía que contar sí o sí.

En mi curro, la gente es muy joven, casi todos tienen menos de 30 años, algunos 20, y unas ganas de juerga propia de su edad, además se les suma que no les importa perder el tiempo en el trabajo, así que estos tres ingredientes hacen que el día 28 sea un día peligroso para todos los que allí trabajamos.

A primera hora llegó una de las chicas e hizo este cartel.

En fin, os diré que Mario y ella se conocen desde hace años, y siempre se la juegan el uno al otro, que Mario tiene un coche nuevecito y que se lo compró hace tan solo 1 año, bien, pues ella hizo unas cuantas copias de el cartelito, y empezó a colgarlos por todos sitios, bien visibles, y además y por supuesto en el propio coche.

¿Que pasó? a Mario empezaron a llamarle preguntándole por el anuncio, él en un principio mandaba a la gente a la mierda, porque se dio cuenta que podía ser una broma, pero ¿Por que la gente llamaba?
Con el Tf en la mano, y dando vueltas por la tienda, buscaba pistas, y mientras, los compañeros le veíamos como su cabreo iba aumentando con cada llamada, al fin, agarró el toro por los cuernos:
¿Digame?
Oye que vendes el coche
Pues si... ¿Cuanto me das?
Pues eso, lo que pones en el cartel
A vale! ¿Cuanto era?
3000 Euros
3000€?!!!!!, como va a poner eso? si solo tiene un año? y por cierto (Dijo él, acercándose a la puerta del hiper con el tf en la mano y un mosqueo considerable) ¿Donde has visto mi cartel?
Pues donde va a ser en tu coche!!!


Entonces lo vió, y vió además a mi compañera riéndose a carcajadas.

Pero no todo acabó ahí, mi compañera tuvo un guardaespaldas constantemente, porque nadie se fia de ella, y ciertamente tenían razón, mirar como dejó el coche de una compañera.

Lo flejó con el plástico que se usa para precintar los paléts de la tienda, la compañera afectada intentó encontrar las llaves del coche de la autora, para devolversela, pero por supuesto ese día se llevó absolutamente todo en los bolsillos, porque claro "cree el ladrón".

Más tarde, cuando ya salíamos del trabajo, encontramos al "guardaespaldas" de la chica en cuestión, que parece ser que mucho ojo no había tenido, porque le había movido el coche y se lo había cambiado de sitio.

Por la tarde me contaron, que otra de mis compañeras hizo que se encontraba mal, llamaron al encargado y tan bien lo hizo, que llamó al 112.

Por supuesto no faltan los cartelitos pegados en la espalda.
En fin, pues que ya lo he contado.

Estas son mis compañeras, las bromistas, las embromadas, las que nos escondemos para que no nos pille la broma, y las que no les hacen bromas nunca porque son peligrosas.